En Chéjov, por ignorancia, confunde muchas de las ideas dominantes. Ante la recriminación de Chéjov, Stanislavski responde que su éxito en el público implicaba que su interpretación había sido la correcta, pero esto no necesariamente es así.
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Konstantín Stanislavski. |
Como director, Konstantin Stanislavski elimina o cambia ciertos elementos o acciones de personajes en el desarrollo por no entender lo que quiso decir el dramaturgo con los mismos. Por ejemplo: Stanislavski hace que Lopajin cargue unas maletas en el primer acto. Cuando, en Chéjov, Lopajin aparece en la primera escena del primer acto porque va a ser él quien termine comprando El Jardín de los Cerezos. No puede ser interpretado como un simple criado cuando él es de una clase emergente, proveniente de una generación de mujiks.
"Convierte El Jardín de los Cerezos en un melodrama habitual en vez de una fina comedia en la que el destino de los personajes pierde importancia ante la gran inteligencia reflexiva de su creador que contempla un mundo de transición y locura de un hombre con simpatía y comprensión".
- David Magarshack.
Chéjov en cambio, se balancea en una fina línea de drama-comedia, en la cual las particularidades de los personajes llevan el mayor peso en toda la obra. Las desgracias de Epijódov, los trucos de magia de Charlotte Ivanóvna, las similitudes de Siméonov-Pishchik con el caballo que Calígula nombró senador, los balbuceos de Firs, y otros elementos y situaciones a lo largo de la obra, le otorgan ciertos guiños que recuerdan al teatro de vodevil.
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